El milagro de la maternidad

Elisabeth habia decidido, ahora no podia tener el hijo. Ya un otra vez, ocho años antes, la ayudaron, cuando quedò embarazada del primero hijo. Un trabajo, un hogar donde vivir, una vida simplex pero digna tambien por ella que llegò de una tierra leja. Ahora le dava verguenza decir quel el mismo hombre, que la dejò sola con el primero hijo, volviò, pero solo para ilusionarla otra vez, por dejarla embarazada y irse de nuevo. Otra vez sola y pensò que sola no habia la posibilidad de crecer un otro hijo.

Cuando el doctor la ve llegar en su estudio ginecologico decide de no recibirla. Elisabeth llegò con mucho retardo respecto a la hora de la cita medica y habian ya varias mujeres esperando. “ Por la mayroria soy una persona acogedora- cuenta el doctor- pero decidì que era justo hacer respectar las horas.” Pero cuando advierte Elisabeth,ve los hojos de ella mogarse de lagrimas. Entiende que ella necesita mas que una simplex cita de control, y entonces decide de visitarla.

“Quiero detiener la embarazada”, le dice Elisabeth. El ginecologo pensava en esto. El laboratorio de el no servia para prenotar un aborto.. “Sobretodo me impresionè por la casualidad de l’incuentro”- explica. – Empezè a trabajar en este hospital desde pocos dias. Ella equivocò ambulatorio. A mi me tocava no recibirla porquè estava en retardo, pero la recibì….. tantas coincidencias, o quien sabe, no eran solos concidencias?

El doctor le pide el porquè de esta decision. Pero en el ambulatorio està tambien una enfermera . El doctor le pone cuidado a las palabras, su puesto de trabajo es todavia instable y estos son temas delicados. Cuando la enfermera sale por un servicio, pueden hablar mas libres , pero en despues la enfermera vuelve y se pone brava por lo que el doctor le pone mucha atenzion a esta mujer que se equivocò de ambulatorio y que de mas llegò tambien en retardo. El doctor M. acompagna Elisabeth a fuera y le pide su numero de telefono, prometiendole de buscarla. “ Terminado mi turno de trabajo volvì a llamarla- cuenta-. Estava firma en la decicuon de detiener la embarazada pero dejava abierta una posibildad. Le he pedido de no botar el niño, prometiendole que habrè buscado jente despuestas por ajudarla.”
El doctor M. llega de un otra ciudad, no conoce nadie en este pueblo. Busca en el elenco telefonico el numero de alguna asociazion que ayude las mamas en dificultad y encuentra la Comunidad Papa Giovanni XIII, de la que conoce el trabajo en esta direccion. Responde la secretaria que, escuchando la urgenzia de la situazion, llama de una vez el responsable.
“Puedo esperar en vostros? “ pregunta el doctor. “ Puede decir a Elisabeth que si decide de tener el niño les garantizamo l’ayuda que necesitarà- contesta el responsable de esta comunidad.- Le pregunte si podemos haber su numero para encontrarla.

En despues habla con Gemma, volontaria de la comunidad: “ Esta dispuesta a tomar en serio esta situazion?” No es una decision descontada, cuando sabe que de ti puede depender la vida o la muerte de un ser humano. La voluntaria acepta. Intenta a llamar Elisabeth al telefono y le pide de encontrarla, pero parece inutil. “ Me dijo que no era necesario encontrarse, habia ya la cita para el aborto- cuenta Gemma.- Le he pedido de no contestarme definitivamente, que seguivamos hablando.”
Por telefono Elisabeth llora, no oculta su dolor por lo que està para cumplir. El dia siguiente Gemma la llama y le dice: “ vengo a saludarla.” Es un encuentro muy entenso, sufierto. Gemma busca la manera de que Elisabeth sea conscientes de lo que sucede con el aborto. Al mismo tiempo le asegura que ya no està mas sola, que sus problemas lo afrontaran las dos.
“ Despues de una semana volvì a incontrarla. Una noticia que no esperaba: “ Cancelè la cita por el aborto”, me contò Elisabeth”. Cuando todo parecia perdido, la esperanza crece y empieza a llegar un poco de luz. Ocurre per ahora respectar la promisa.

De allì empieza un nuevo camino, ya no para evitar la muerte si no para acompagnar la vida. “ Busquè la manera de saber cuales contactos ella habia en el teritorio. Pedì ayudas por algunas familias con las que ya colaboramos por situaciones familiares dificiles. Juntas tambien al Centro Aiuto Vita.
Al fin el pequeño Thomas nace, en el mismo hospital donde riesgò de ser matado. Cerca de Elisabeth, ademas de la voluntaria, hacen turnos por ella tambien otras mamàs que en el mientre hacieron hamistad con Elisabeth.

El doctor M. ? Es por el que esta historia se volviò en historia de vida y no de muerte. Elisabeth no se olvidò de el y la primera vez que volviò en hospital por una cita de control lo hace llamar. El doctor llega, comovido abraza el pequeño Thomas. Le pregunta a Elisabeth cuando naciò: “ el 25 septiembre”. “incredible!”- le dice- es el mismo dia en el que recibì del director de salud la carta en la que me invitaban a firmar el contracto de asuncion.

Claro quedan problemas economicos y organizativos por esta mujer que ahora se encuentra a cuidar mas de un niño. Pero Elisabeth no es mas sola. Y cuando abraza el hijo mas pequeño y le da la leche se le ve toda la alegria d una mamà.

Traducción a cargo de Sr. Socorro